El Plan Bukele debe entenderse en su conjunto. La criminalidad en El Salvador no era compleja, eran bandas identificadas en un país que mide lo que una pequeña región del Perú.

Aquí es más complicado y pasa por volver a la Policía de Investigaciones (se redujo a la mitad la policía que investiga por la mala idea de eliminarla).

Hay una extraordinaria policía que investiga, pero le falta recursos humanos y técnicos.

Falta una cárcel especial para la nueva criminalidad, rehabiliten El Frontón. Falta una reforma policial, fiscal, penal, de ejecución penal y la búsqueda de un régimen especial garantista para la sociedad para cuatro o cinco tipos de delitos. 

Falta una reforma constitucional que establezca que el objeto del régimen penitenciario no solo es la rehabilitación (como ahora), sino también la prevención social. Eso no está en la Constitución, sino no hubiera sido posible el mal fallo de la sentencia del TC que asume como absoluta la reinserción social, incluyendo la habilitación para gobernar con tremendo prontuario o enseñar sin objeción a una violación previa en la biografía.

Cuando estuve en la Suprema asesorando, hicimos un buen Anteproyecto de Ley Orgánica del Poder Judicial que ni se si los supremos lo discutieron en sus plenos. Por eso estamos como estamos.