La virtud de no encajar
Raúl Mendoza Cánepa
Nada peor que vivir pendientes de la aprobacion social, nada peor que pretender ser alguien por un número de likes, nada peor que lamer suelas para encajar.
No encajes, no te comprometas, asusta, no te asumas parte...se tú, se libre, no vendas tu independencia por una compensación. No esperes nada ni a nadie, como Godot no sabrás si aguardas en vano.
Sé un francotirador del verbo, pero que no haya quien se libre por una adscripción personal. Si algo aprendí de mis primeras lecturas de González Prada es que a la luz de los ojos críticos, nadie de salva del juicio severo. Si bien el anarquismo no tiene que ser de izquierda ni de derecha, es el arte de no encajar, porque cuadra en un mundo perverso (Platón, Maquiavelo, Hobbes, Rousseau) solo quien se ajusta sin juzgar. González Prada no se asoció ni simpatizó con nadie, sus obras nos transmiten la sabia soledad de quien no transó. El discurso del Politeama recayó contra toda una generación y contra todo su tiempo.
Don Manuel, de Luis Alberto Sánchez, nos transmite cabalmente la personalidad y posición del personaje, un libre pensador sin cautelas ni medidas.