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Salud mental, la de ahora

Raúl Mendoza Cánepa 

Publicado: 2023-07-05

El niño se queda callado en clases y lo llevan al psicólogo y pasa por mil pruebas, pero es el siglo XX y no hay psicólogo que atine. 

Juega a solas y prefiere aislarse y repite las mismas jornadas.  Los primos y tíos dicen que es raro. Callado en las reuniones y poco tolerante al ruido y las iras. Descubre lo que es sentirse mal y conoce el miedo (llamado hoy "ansiedad"), el miedo es una persistencia que lo acompaña desde niño. Veía figuras en las paredes, las imaginaba. Su padre decía que era el "susto" y una chamana se encargaba de asustar a sus demonios. El bullying lo siguió durante toda la escuela y así aguardó la universidad.

El niño creció y jugaba a las carreras de carros electrónicas del Nintendo y luego al billar durante horas y en silencio y vivía obsesionado con sueños irreales, llegar lejos quería, pero tan tímido era que se escurría en su caparazón para no ser visto ni juzgado ni echado ni visto mal. Pensó que solo estaba hecho para pensar y para ser escritor.

Difícil para vincularse y con algunos ataques de pánico y fobias irresolubles, siguió viviendo y ganándose una reputación. 

Recordaba a los psicólogos de la infancia, sin entender nada entonces de por qué iba al psicólogo. No entendía por qué razón magnificaba lo que creía una agresión o una reprimenda. 

Durante los últimos años lo que no tenía nombre comenzó a tenerlo, problemas psicológicos en compartimentos estancos, y bastaba una señal de alarma para buscar un diagnóstico y hoy se obtienen aunque no tanto se tratan. 

Un niño con autismo o con transtorno de ansiedad generalizada o con ambos, porque la melancolía o el miedo puede no tener los nombres con que los conocemos, antes era solo un niño "raro", friki. No importa si te atribuían una genialidad, igual estabas condenado, condenado a no ser entendido, a dar malas señales, a sufrir en una sociedad más normal que él. Una sociedad que no entiende sus manias y sus miedos y que solo lo concibe como "callado" o raro.

Vale la reflexión para entender que los avances de la psicología al desagregar problemas que antes tenían un par de nombres generales, permiten a los niños y adolescentes de hoy entender lo que les pasa, pero los que ya adultos no tienen forma de volver, pueden comprenderse y ser comprendidos para establecer puentes más sólidos con los demás.

El Ministerio de Salud cuenta con establecimientos en los distritos, para quienes no lo sepan, solo falta una campaña de información para los demás.


Escrito por

RAÚL MENDOZA CÁNEPA

Abogado PUCP. Escritor. Columnista en Expreso. Ha sido integrante del staff de la página de Opinión de El Comercio y de El Dominical.


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