Reinventate
Raúl Mendoza Cánepa
Por donde vamos somos aves de paso. Trabajos, personas, experiencias...todo pasa y poco queda y cuando lo perdemos todo aparcamos tratando de ganar tiempo para levantar vuelo y lograr la cumbre. El ave Fénix renace de sus cenizas.
Así, vivimos reinventandonos y volviendo a nacer para no sentirnos atrapados y como el río seguiremos cambiando dejando todo para resetear. Es la reinvención constante a la que estamos obligados si queremos encontrar la diferencia entre morir estando vivos de morir muertos en vida.
El aguila vive setenta años, pero a los cuarenta se le dobla el pico (que se vuelve inservible), las garras se ablandan, se despluma y empieza a morir, ya casi no puede volar. Para reinventarse trepa a la cumbre más alta y durante cinco meses golpea el pico contra las rocas para arrancárselo. Se lo arranca, le crece uno nuevo y se quita las viejas garras con él. Se reinventa y baja volando resplandeciente desde la cumbre para vivir treinta años más.
El cambio es necesario para evolucionar y lo es en todo y así vamos de estación en estación, de seres en seres, de sueño en sueño. Renovarse es vivir diría D' Annunzio y para renovarse y reinventarse hay que romperse y recomponerse una y otra vez a pesar del dolor.