El tiempo del que espera no es el mismo de aquel que es esperado. El primero suma la angustia y la incertidumbre de una respuesta y alarga la perspectiva. Quien es esperado y debe dar una respuesta, puede que ni le interese darla y hasta olvidar que hay un calendario. Cruza más rápido y desenfadada mente 

El sentimiento de quien quiere ser reconocido es más intenso del que tiene la potestad de reconocer. El jurado de un premio y el postulante, para quién es más importante la ocasión.

Las necesidades de quien ama son más propensas al dolor de aquellas solo son amados. El primero lo aguarda todo y todo lo sufre. El segundo no espera nada.

Qué decir de las expectativas del que lo tiene todo y de quien no tiene nada. Solo no teniendo o no habiéndolo tenido se entiende la diferencia.

La empatía es un término manido, propio de los tiempos, pero tiene su justificación. Quien no se coloca en los zapatos del otro ni siquiera podrá comprender las dimensiones de lo humano.