Salvo los que hagan revelaciones diarias, los periódicos impresos están condenados a morir. Lo que hoy leo en sus páginas es lo de ayer, eso que mi móvil ha pasado en un carril para actualizarlo a esta hora. Me informo mejor leyendo mi móvil.

El diario digital de constante actualización tiene la virtud de contarte de un asesinato que acaba de ocurrir hace diez minutos. Voy al kiosko y el periódico de hoy es el periódico de ayer.

Aparte que si buscas opinión la encuentras en todas partes, y las más ocurrentes en las redes sociales. Todo es light y nada es serio y a nadie le importa la densidad. Ser columnista hace quince años era muy importante porque era una élite. Hoy todos opinan sobre todo y hay opiniones que están en Facebook y bien podrían ocupar el espacio de las muy académicas y bosteceras columnas de El Comercio.

Y si vamos para abajo, nadie lee sobre Humanidades. Todo es política y mejor si es política con bronca, injuria y contrasuelazo. 

Desde luego que está mal porque intelectualizar ya no es un buen negocio. Ortega y Unamuno serian nada.

Cuando comencé con este espacio mulero hace doce años, me leían y se pasaban la voz. Algunos grandes de la pluma me mencionaban y lo hacían sin redes...en sus blogs. Eran los tiempos de los blogs, columnas más libérrimas y desenfadadas que las que uno escribe en un Diario...con algo de reserva y en un tiempo en el que la sinceridad como virtud se paga con una querella.

Tener este espacio es una ventaja, si, aunque no es como antes, cuando ser mulero destacado era "destacado" y se veía en la cabecera del portal. Más aún ser destacado sin saber cuántos me leen y sin que las redes del portal no recojan mi opinión para distribuirla en sus redes como lo hace un Diario en el que escribo y una publicación digital que nos hace dinámicos (con el perdón de la palabra).

Escribo aquí para ser absolutamente franco como frente al terapeuta que se gana con los más íntimos recovecos de mi intimidad insobornable, como ahora que dije cosas sin saber que es lo que al inicio quería decir.