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Ovejas con pasaporte sanitario

Raúl Mendoza Cánepa

Publicado: 2022-05-06

Es para tomarlo en serio, la pandemia nos obligó a vacunarnos por precaución en el supuesto que la "inmunización" nos protegía de la UCI o de la muerte. De ser cierto, es triste que muchos murieran contagiados sin alcanzarla.

Si la pandemia se hizo mucho menos letal con omicron y sus sublinajes, más preocupaciones causa la seguidilla de vacunas, cuarta, quizás quinta y sexta o dosis semestral...cuando no es una vacuna sino un preventivo de gravedad, un experimento de emergencia cuyos efectos están descritos y son inquietantes y quedan otros por esperar.

Quien escribe es un provacunas (las usuales en los niños), pero se puede quejar de la obligatoriedad de las vacunas antiCovid en sus dosis subsiguientes porque no hay justificación suficiente y porque hay situaciones que llaman la atención. Ni siquiera se escuchó del Minsa una explicación sobre la supuesta dosis doble de Moderna en la cuarta puesta.

Quien quiera seguir y "prevenir" mil veces, es su cuerpo y su problema, el asunto es cuando se fuerza a todos a un pasaporte sanitario. Viola la libertad personal y de tránsito, atenta contra la libre disposición del cuerpo y liquida la ciudadanía tornando a la sociedad en un espacio distópico de riesgo asumido a responsabilidad propia, pero obligado por decreto. El Estado obliga, pero zafa cuerpo.

No existe responsabilidad propia en los actos obligados, solo hay responsabilidad en las decisiones que tomamos libremente. En el Derecho y los hechos, el pasaporte sanitario hace responsable al titular del Minsa y al presidente en responsable de efectos adversos mayores o de lo que pudiera ocurrir. 

La vacuna no previene el contagio ni evita contagiar, solo se justifica en una crisis mayor, ¿para qué se obliga?

Tampoco hay información suficiente sobre el proceso, el vencimiento y almacenaje ¿Hay conflictos de intereses? De ser así, si hubiera un integrante del gobierno o familiar suyo en el proceso de recepción, almacenaje y puesta, con ganancia privada, hay entidades obligadas a tomar cartas en el asunto, porque se puede pensar que vacunando ganan terceros y, por tanto, vacunemos más y obliguemos para que sea viable ¿Es esto así?

Por lo pronto eliminen el pasaporte sanitario, el DNI es lo único que un ciudadano debe tener a la mano. No esperen el hartazgo de un pueblo instrumentalizado por los políticos radicales y sumido en el dominio de autoridades a los que la libertad y la ciudadanía les importa menos que un carajo.


Escrito por

RAÚL MENDOZA CÁNEPA

Abogado PUCP. Escritor. Columnista en Expreso. Ha sido integrante del staff de la página de Opinión de El Comercio y de El Dominical.


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