#ElPerúQueQueremos

Aún a cuidar la salud

Raúl Mendoza Cánepa

Publicado: 2020-09-24

No se puede abrir las fronteras ni dar prioridad al turismo por sobre la vida humana. Mucho de lo sacrificado en la economía se debió a esa prioridad, por lo que cuando se puede avanzar hacia la reducción del COVID 19 en el Perú, mal se haría en dar diez pasos atrás.

Economía sí, pero vida mejor. Al margen de los muchos intereses que pueden haber o de las pérdidas, el retroceso puede llevar a pérdidas aún mayores y a una quiebra económica por causa de un rebrote. Ocurre en Europa. Cuando creía que se había vuelto a la línea de la normalidad, el virus encontró hospedajes fáciles en los pulmones de millones de incautos que creyeron el cuento que la pandemia llegaba a su fin. Desde luego, el descuido tendrá implicancias económicas mayores.

En el Perú el único referente más o menos seguro de la subida o bajada de la curva es el SINADEF, el registro de muertos. Nada más objetivo ante la inseguridad que ofrecen las pruebas rápidas. Estas hubieran servido para una etapa posterior, en una suerte de rastreo de casos históricos, de porcentajes de habitantes que ya experimentaron el contagio. No sirve de mucho para conocer la realidad de los positivos activos, como sí sirve la prueba molecular.

Algunos creen que se ha alcanzado la inmunidad de rebaño y que existen ya en formación muros de inmunidad en la población, a tal punto que es menos probable que alguien se contagie. No necesariamente es así si es que el 25% de limeños (por ubicar un caso) se contagiaron alguna vez y hay un 75% que quedaría a merced del virus y más a merced si el gobierno decide abrir fronteras. Más muerte, más desempleo, menos seguridad y una vuelta al cierre inicial. 

Desde luego, si un hábito se debe conservar aún cuando creamos que pasó la pandemia, sea el 2020 o 2021, es el uso de mascarilla obligatoria. Debe ser como el cinturón de seguridad y quien transgreda no llevándola o quitándosela y más aún cantando, gritando o soltando más partículas de lo normal, deberá pagar las consecuencias. En una emergencia sanitaria no hay lugar para ser amables ni comprensivos. La salud primero.


Escrito por

RAÚL MENDOZA CÁNEPA

Abogado PUCP. Escritor. Columnista en Expreso. Ha sido integrante del staff de la página de Opinión de El Comercio y de El Dominical.


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