El republicanismo
Raúl Mendoza Cánepa
Si es que realmente Salvador del Solar se retira de la contienda, el centro tiene un espacio mayor por ocupar, se trata de la ley de desplazamiento ¿A quién beneficia? En teoría al Partido Morado y Julio Guzmán, quizás a Forsyth. Urresti no empalma en el perfil del ex primer ministro. Dejar el terreno, igual no favorece, podría aparecer un outsider que dañe la democracia.
El centro estaba más ocupado que la derecha y la izquierda en un escenario fragmentado, peor, en un escenario fragmentado dentro de un país roto que apostaría la suerte por la antipolítica. Forsyth, va primero, pero no ha demostrado por qué, salvo que a la gente le importe poco la ejecución del gasto y se deje impresionar por las correrías de un alcalde. Caminar por las calles como en una batalla llama a las tribunas, pero gobernar en serio es más complejo. Tampoco se logra entender cómo el alcalde de un distrito limeño puede tener aceptación en otras regiones ¿Realmente lo conocen?
El Partido Morado ha recorrido el país y organizado cumbres. El mérito es que se hizo lo más difícil, estructurar bases, formarlas, animar juventudes, crear escuelas de política, trabajar y retrabajar un plan de gobierno desde años antes y hacer de la actividad partidaria una línea continua cuando muchos partidos reposan para esperar la elección. Más aún, el Partido Morado no es una caja vacía, tiene una doctrina a la que llaman "republicanismo". Para la gente debe ser difícil de entender tal cual, pero se puede resumir como una doctrina que asume la ciudadanía de todos como un imperativo, todos somos importantes, todos somos iguales ante el Estado, sin privilegios mercantilistas u oligárquicos. El republicanismo denuesta del populismo, del "yo fundé esta obra" que encontramos en las plazas públicas, porque, en realidad es el pueblo el que lo hizo, ese pueblo contribuyente que hace la caja del Estado. Como en el belaundismo, bien debe decir "El pueblo lo hizo". El republicanismo ve en el mercantilismo un enemigo, destruye la libre competencia y discrimina en todos los ámbitos...
El republicanismo es el gobierno del Derecho y el Derecho reconoce a todos como iguales, sin exclusiones, con libertad. La "república práctica" de la que escribió el joven Manuel Pardo, se deshace en ese régimen donde gobierna la ley y no el reyezuelo o los muchos reyezuelos que asumen que su autoridad es virreinal. En 1821 nos separamos de España, pero ¿construimos una república? De eso trata la propuesta, la segunda república.
Hay otras opciones. Acción Popular, desgastada por los poderes obtenidos y con liderazgos que pueden restarse entre sí más que consolidar una sola fuerza. Solo le falta comulgar con el genuino belaundismo ¿Cuál de sus líderes merece llamarse "heredero de Belaunde"? Habrá que ver. Urresti corre con fuerza en las Limas de los extremos, populosas, pero nunca seguras. El Perú es diferente al de 2019 y tiene más urgencias que la seguridad. La reconstrucción económica, social, anímica, será el sello del nuevo gobierno. El sur andino siempre es del cambio más radical entre las opciones. Quien llegue y sepa explicar y adaptar las ideas a lo que cada región necesita, ganará. No se puede dejar de lado a Acuña, ha ganado terreno electoral en el país, pero ¿qué piensa Acuña? Del fujimorismo se habla poco porque es un misterio su opción final.
A diferencia de Guzmán, nadie sabe que proponen, salvo contenidos muy desagregados que no sirven para construir una segunda república en un tiempo tan duro como el que vivimos. El Partido Morado, como bien dice Del Solar, demostró tener una bancada parlamentaria a la altura, seria y sin populismo, que es lo que se requiere para un país y una reconstrucción que no improvisa.
Del Solar mueve el tablero y todo se reacomoda. Que las fichas no corran hacia los extremos peligrosos y las cajas sin contenido. Todos están a tiempo.