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Cruzada para salvar un país (o para detener a un Estado errático y soberbio)

Enver Figueroa (economista, columnista invitado)

“…La doctrina de la soberanía del pueblo, que se había nutrido en los municipios, tomó posesión del Estado: cada clase se alistó en su causa; se libraron batallas y se obtuvieron victorias para ello, hasta que se convirtió en la ley de las leyes.”

-Alexis de Tocqueville (1831): La democracia en América; capítulo IV

Publicado: 2020-07-12


Desde hace el mes de mayo han venido apareciendo en los medios de comunicación y en las redes sociales declaraciones de personas influyentes en la sociedad que expresar su desacuerdo  y rechazo a las políticas que ha implementado el Ejecutivo para enfrentar la crisis del coronavirus  por los pésimos resultados obtenidos y por la actitud de Vizcarra y sus ministros de querer ocultar la verdad y buscar justificar sus errores culpando siempre a otros. 

Esta actitud no es nueva en el gobierno de Vizcarra. Inició una cruzada mediática anti corrupción aprovechando las investigaciones del caso Lava Jato y así se pasó año y medio culpando al Congreso de las ineficacias del Ejecutivo. La elección congresal hecha a la carrera ocultó las cifras en rojo con que cerró el 2019 y la pandemia le trajo al Ejecutivo a otro enemigo al cual culpar: los indisciplinados que no acatan la cuarentena. 

La única realidad, sin embargo, es la de un grupo de improvisados ambiciosos que llegaron al poder por malas artes (el complot interno contra PPK) y que han logrado tener un manejo casi absoluto del mismo con más malas artes (la leguleyada de la denegación fáctica de confianza) y cuya incompetencia nos está haciendo retroceder 30 años de progreso económico que tanto sacrificio ha costado a dos generaciones de peruanos. 

Ese patrimonio es de todos y lo debemos proteger todos. Por eso me satisface que empiecen a surgir voces desde el empresariado, la academia, los colegios profesionales y demás segmentos de la sociedad. Es interesante que aun cuando nadie ha escrito un guión común, los mensajes son muy similares, lo cual es obvio porque la realidad es la misma y aunque cada cual tiene sus propios intereses, todos están viendo el panorama completo. 

Esos mensajes coincidentes son una expresión de lo que Alexis de Tocqueville llamó soberanía popular hace casi 190 años. Lo natural y lógico sería que esas voces se articularan de alguna forma y den paso a una representación política auténtica y plural, que de origen cuente con la legitimidad para afrontar la dura situación económica y social que nos está dejando el COVID y la incapacidad obsecuente de este gobierno. 

Es el momento preciso para que los gremios empresariales, los de las grandes corporaciones y los de las chiquitas, se unan para proteger la continuidad no de la “cadena de pagos” como sabe repetir la ministra de Economía sino de las “cadenas de valor” que han sido interrumpidas por el debilitamiento del comercio internacional, el cierre de fronteras y por la cuarentena más larga e ineficaz del mundo. Es hora también que los académicos y presidentes de grupos educativos se unan para articular sus recursos y diseñar alternativas de políticas públicas que sean costoefectivas en reducir los muchos impactos negativos del COVID en la sociedad.  

Me pregunto si no seremos capaces de identificar a 3 personas honestas y dignas de liderar el Ejecutivo, de entre 32 millones. Y a otras 130 que las acompañen en el Legislativo. Me pregunto si, frente a la muerte y la miseria tocando nuestras puertas cada día, no seremos capaces de deponer intereses de grupo y defender ese patrimonio común que ahora está en riesgo. 

Creo que es momento de que esas voces se articulen y, en nombre de todos los peruanos, exijan, si exijan al Congreso, que es el primer poder del Estado, que cumpla sus deberes constitucionales de representación y hacer que el Ejecutivo cumpla con la Constitución, y entonces que se ejerzan los mecanismos necesarios para que los ministros actuales sean reemplazados por verdaderos especialistas y no por allegados a Palacio que no obedecen la Constitución sino solo la ley del “sí, señor”. Es hora también de que sean removidos los operadores de izquierda que rotan de un ministerio a otro como “asesores” y de vez en cuando como viceministros y directores, y son quienes realmente ejecutan las decisiones de política que tanto nos afectan. Es hora.


Escrito por

RAÚL MENDOZA CÁNEPA

Abogado PUCP. Escritor. Columnista en Expreso. Ha sido integrante del staff de la página de Opinión de El Comercio y de El Dominical.


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