#ElPerúQueQueremos

Foto de: El rincón del geniogramisra en Facebook

Los grandes periódicos

Raúl Mendoza Cánepa

Publicado: 2020-06-23

Desde luego que para saber cómo funciona un diario hay que haber trabajado en uno de ellos y me tocó hacerlo cuando las vacas eran gordas o iban al descalabro. Difícil saberlo, solo sé que las utilidades eran altas, que el negocio se expandía, que se proyectaba una universidad y que más plantas en las regiones y ejemplares descentralizados eran un acabalgamiento en la abundancia. Por cierto, ya se vislumbraba en el plano un descomunal edificio ultramoderno como nueva sede. Hace seis años ya habían redes...y poco lo tocaban.

Quizás malas decisiones empresariales, quizás el enfoque de contenidos o los criterios que hacen que las personas corran al kiosko a comprar su periódico de la mañana. Tras mi salida, no por ella, el castillo de naipes se desmoronó ¿Quizás porque era un castillo de naipes? ¿Quizás no se vio que detrás del concepto de negocio siempre debe sobresalir el término "aggiornamiento"? Aggiornarse tiene poco que ver con los formatos y el estilo de contenidos, tiene que ver con el público ¿Cuál es tu público? ¿Es liberal progresista? ¿Es conservador tradicionalista? Miren las edades de los lectores y podrán tener una conclusión, una que explique porque un suplemento juvenil no pegue y fracase, como si pegaría uno centrado en la política pura o en... ¿Qué leen los mayores de cincuenta que no usan las redes sociales en demasía o se hartan de la conspiranoía y el fake? ¿Qué buscan? 

Un diario tradicional dirigido al sector mayor de la clase media y media alta es conservador, vende un suplemento religioso en dos días, aglomera "sabedores viejos" en las reuniones de geniogramistas y elude los temas que agoten las libertades civiles, que a los viejos, sospecho, incomodan o poco importan. La política más que la economía, la cultura clásica más que el nuevo arte, los viejos crucigramas antes que las monografías. Si vendes alfalfa o chocolates, ¿cuál es tu público?

El problema de un diario que busca la reingeniería es hacerlo con quienes no entienden la idiosicracia nacional, aun high ni el espíritu tradicional del lector promedio de años (desde los abuelos a los padres a nuestra propia relativa madurez); pero mayor problema es hacerlo desde la línea que no se lee, el escaso contrapeso al poder, la suavidad para no ofender, las encuestas que van a lo mismo, el economicismo...

Aunque sean detalles, en mi adolescencia buscaba el suplemento dominical de El Comercio por los clásicos de la filosofía, la historia, la literatura. Lo moderno pasaba rápido. Los viejos iban a la política y al geniograma, y el que más al mosaico de avisos que avivaban los ojos porque la novedad comercial abigarrada llama como un terreno florido.

¿Alguien salvará a la prensa pese al Face y al Twitter? Sí, solo si lo creen y no buscan soluciones desde el campo de problemas que se crearon y si comprenden a su público sin maltratarlo. Lo otro es perder el negocio.


Escrito por

RAÚL MENDOZA CÁNEPA

Abogado PUCP. Escritor. Columnista en Expreso. Ha sido integrante del staff de la página de Opinión de El Comercio y de El Dominical.


Publicado en