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MÁS SOMBRAS QUE LUCES LUEGO DE LA CUARENTENA

Héctor Javier Bendezú Jiménez (Economista y Doctor en Economía Internacional Y Desarrollo de la Universidad Complutense de Madrid)

Opinión de expertos

Publicado: 2020-05-19


Salvo sorpresas de último momento, el próximo lunes 24 de mayo, nuestro país reiniciara parcialmente sus actividades económicas y partiremos de una realidad irrefutable: El Perú es más pobre que antes del inicio de la cuarentena, y seremos más pobres que hoy, cuando termine de controlarse la pandemia del COVID 19.

Las duras e improvisadas medidas de confinamiento social y el parón a modo de “freno de mano” de la economía prevén una caída entre el 4% a 6% del PBI, en este escenario económicamente catastrófico, es el sector servicios que probablemente reducirá su productividad al doble de estas proyecciones: el comercio, turismo, transporte y educación se verán duramente golpeados. A este casi apocalíptico escenario, se viene sin duda, una enorme pérdida de empleos, formales e informales que empujará a millones de peruanos nuevamente a la pobreza extrema. ¿Qué debemos hacer en este contexto tan poco alentador? ¿Es posible realizar acciones eficientes y eficaces frente a la pandemia?

Pese a que en esta crisis sanitaria no existe un recetario de soluciones ni cartas de navegación con las que orientarse, la respuesta es un contundente ¡sí se puede! como cuando gritamos en el estadio. Pero exige un paso previo para lograr una apertura exitosa de la cuarentena, es planificar y consensuar, no como hasta ahora, todo basado en un constante “prueba – error” con una elocuente descoordinación, constantes marchas y contra marchas y publicaciones de Decretos Supremos que son viables en el “escritorio” pero inviables en la realidad como el “pico y placa por género” o las multas por no respetar la cuarentena.

Es de esperar que el gobierno este trabajando con un equipo que incluya personalidades con excelencia profesional en diversas ramas e incorpore al sector privado, organismos internacionales, gobiernos subnacionales y municipales, no hacerlo, es garantía de fracaso.

Es importante, que todos comencemos a asumir que tendremos que convivir con el virus al menos hasta que salga la vacuna, que en el mejor de los pronósticos no será hasta finales de este año, debemos superar el pánico colectivo que se ha generado, pero a la vez, fortalezcamos con comunicación y mensajes claros, asertivos y adaptados a los diversos grupos de interés su responsabilidad y rol que juega cada ciudadano en el control de la propagación del virus.

Dentro de la planificación a desplegar en las próximas semanas debe considerarse una estricta vigilancia epidemiológica, mecanismos de identificación precoz y tratamiento de nuevos casos, y medidas de protección individual y colectiva, acciones que son fundamentales y vitales, si realmente queremos que la curva no siga disparándose o peor aún, surja una “segunda ola de contagios”, que en nuestro caso resultará ser un tsunami devastador que llevará a muchos connacionales a hospitales y clínicas privadas totalmente saturadas.

El seguimiento y control de movimiento de los pacientes infectados incluyendo a los asintomáticos, es imprescindible, existen experiencias en el mundo desde implementar aplicaciones móviles como en Alemania y Corea o realizarlo puerta por puerta como en Cuba, sea una u otra forma, se debe implementar en la brevedad. Es algo que la OMS repite a menudo —los países deben “encontrar, testar, aislar y tratar todos los casos y rastrear cada uno de sus contactos”—. Para hacer un seguimiento de los infectados y sus contactos se necesita personal administrativo llamando por teléfono y alimentando bases de datos, pero también equipos sobre el terreno que hagan entrevistas y test. Lamentablemente al parecer no existe una política clara sobre cómo se están creando estos cercos epidemiológicos por parte del MINSA, no existe ni el mínimo seguimiento telefónico.

La identificación precoz y posterior tratamiento es fundamental, por esta razón, debe incrementarse de manera exponencial la toma de muestras, sean rápidas o moleculares. Se debe terminar la absurda política de concentrar esto en el Instituto Nacional de Salud (INS), lo único que genera es un “mercado negro” donde las pruebas han triplicado su precio. Es nuevamente, el sector privado quien debe participar activamente para permitir un mayor número de muestras, implementar los drive-in para tomar muestras desde los vehículos es una alternativa viable en el corto plazo.

Las medidas de protección individual y colectiva, deben estar orientadas a aumentar la distancia entre personas para evitar contagios. Deben prohibirse las aglomeraciones, no por decreto sino de manera eficaz, sobre todo en los mercados, bancos y hospitales. El teletrabajo para proteger en especial a los grupos de riesgo, como la gente mayor, es la mejor alternativa. Junto al lavado constante de las manos y la desinfección de las superficies que tocan muchas personas, el uso obligatorio de mascarillas debe al menos intentar que muchas personas asintomáticas - algunos estudios mencionan que son el 80% de los contagiados- no contagien y propaguen el virus.

Las próximas semanas exigen que el ejecutivo responda de manera acertada a cada reto que surgirá, pero no puede hacerlo solo como hasta ahora, es necesario involucre de manera más activa al sector privado, los gobiernos regionales y sobre todo a los gobiernos municipales.

El cómo gestionar la movilidad de miles de trabajadores, que se podría enfrentar a través de escalonar turnos laborales, sobre todo en la hora punta que permitiría aliviar la presión sobre nuestro deficiente sistema de transporte. Esto puede ser viable, si solo antes, se consensuó con los empleadores. Otro aspecto es incrementar sustancialmente la importación de equipos médicos y pruebas de despistaje, la exonerarlas de impuestos - IGV, aranceles, tasas, entre otros – es imprescindible para que nuestro país logre ser competitivo internacionalmente en un mercado cada vez más restrictivo.


Escrito por

RAÚL MENDOZA CÁNEPA

Abogado PUCP. Escritor. Columnista en Expreso. Ha sido integrante del staff de la página de Opinión de El Comercio y de El Dominical.


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