- yo por TI y tú por mi
Inquietarse por las cosas pequeñas del otro es una señal de amor (la pastilla a la hora), pero inquietarse por cooperar a la realización de los sueños del otro como si la concreción fuera propia, es una importante manifestación del amor. Ella desea ser maestra, él hace lo posible para que enseñe. Ella carece de sueños, él los estimula. Él quiere lograr un sueño aparentemente imposible o poco probable, pero ella (aún en el escepticismo realista) apoya y empuja porque entiende que la lucha vale más que el logro y a él la lucha o el intento lo hace feliz.
Él quiere ser escritor, ella quizás dude del éxito en un mundillo de preferencias amicales, pero allí está, como Adriana Vernuil, trazando las letras y las ediciones de Manuel Gonzalez Prada, el hombre de sueños al que le entregó su corazón y su sociedad; porque el amor es amistad, pero es también sociedad y una poca de fe.
Si él no crece, ella crece incompleta. Si ella no crece, él crece incompleto. De avanzar juntos a la luna se trata el amor, como de contemplarla juntos y extasiados una noche cualquiera.
Si crees que el amor es otra cosa, no es amor.
Publicado: 2019-02-24
Cuando un hombre y una mujer se vinculan hacia adelante no es para el goce recíproco, que es eventual y puede tener mil rostros, se unen para fusionarse sin amarrar sus patas (al punto que les impida volar), pero se unen para crecer juntos. No hay amor con ego, solo hay amor con entrega y preocupación por el otro. Si es equipo y la entrega es mutua, percibimos una de las expresiones del amor, pero si solo atañe a uno de los integrantes de la pareja, solo es servidumbre. El amor es una soledad de a dos.
Escrito por
RAÚL MENDOZA CÁNEPA
Abogado PUCP. Escritor. Columnista en Expreso. Ha sido integrante del staff de la página de Opinión de El Comercio y de El Dominical.