Vivimos en un mundo de escritores, abundan en las redes, en los blogs, en los talleres literarios. Mucha poesía (buena, mala o peor) se lee en cada recodo de la travesía de Internet y entonces cuesta dilucidar qué es ser un genuino escritor y qué es la legitimidad que concede la calidad de la buena literatura.
todos podemos escribir

Todos podemos escribir porque es gratis y un ámbito de nuestra libertad hacerlo, pero la escritura es un tema y el otro es la literatura. La masificación del arte, incluso en plataformas como Wattpad, donde cualquier hijo de vecina puede hacerla a las letras y ganar miles o millones de lectores con cualquier sopón, solo destruye la literatura.

El escritor se convierte en un punto entre mil en esa galaxia de creadores que ganan fama con cualquier entrega. Algunos ganan millones de lectores internautas en Wattpad consignando en su obra nombres de astros juveniles que llaman, que aglutinan miradas. "After" es un best seller que dio su primer impulso en Wattpad y, sin embargo, decenas de novelistas o poetas que saben del oficio deben tantear con su buena literatura la sensibilidad de los editores de las "grandes", más ocupados en vender que en promover la buena literatura de los outsiders.

¿Qué es un outsider en literatura? Es ser un verdadero escritor, uno que escribe sus historias con las claves de la buena narrativa, pero que no tiene amigos, ni padrinos ni simpatías en ese mundo pequeño de enemistades gratuitas y extraños como sempiternos odios.

Así,  la literatura actual es roma y mediana en el papel (si la contrastamos con la del boom) y lo es en las miles de pantallas de luz que nos invaden en Wattpad, blogs, etc. Así, el buen creador no tiene más remedio que ser un escritor de gaveta, de esos que como Luis Loayza escondía la genialidad en en el rubor o el silencio y la apartaba de esos reflectores que solo sirven al espectáculo de la nueva literatura, que solo llega a ser un ensayo de tal, una tentativa que no resistirá el paso del tiempo.

A veces, las mejores novelas, las inéditas que no pasarán la imprenta, quizás pasen el reto de la posteridad y se tornen en clásicos del futuro, o simplemente  sirvan apenas para equilibrar las patas de la mesa.