Luis Enrique Gálvez tiene un amplio recorrido en Acción Popular. El afecto, el entusiasmo y el compromiso con su partido son visibles desde el momento en que nos habla. Conserva, en efecto, muchos recuerdos de Don Fernando Belaunde, al que se refiere con afecto y buen recuerdo. Gálvez aspira a convertirse en el próximo alcalde de Lima por el partido de la lampa.  
la transparencia y las obras planificadas


¿Desde cuando su militancia en Acción Popular?

Yo llegué al partido durante la campaña de Belaunde a su retorno tras la dictadura militar. Yo comienzo a seguir todas las noticias sobre él y me parecía importante cómo estaba planteada su campaña. Recuerdo que había muchas revistas antiguas de mi padre donde estaba toda la historia de Belaunde en los años 60, su primer gobierno, la cooperación popular, el Perú como doctrina... Todo eso lo había leído desde los catorce o quince años y con diecinueve años yo estaba estudiando en la Universidad Agraria, pero entre huelga y huelga me dediqué a viajar por el Perú. Estaba viajando por Cajamarca y entonces me encuentro con la campaña presidencial de Belaunde para el 80 y concurro a un mitin y ahí mismo me afilio. Me incorporo al partido convencido por el discurso de Belaunde, cuando en la plaza pública cuenta la historia del Perú, habla con conocimiento y amor de su geografía, explica las obras que se necesitan. Era como un aula. Me cautivó. Por entonces las aulas estaban dominadas por las izquierdas, habían pintas por todos lados, “viva la lucha armada” era una que estaba en todas partes y el discurso de Belaunde hablaba de trabajo, una vocación pacífica y una idea creativa sobre lo peruano y desde allí milité en AP y nunca pensé en otra opción política.

-Una política activa de larga data

Sufriendo decepciones también. Uno entra con muchas ilusiones. Fui dirigente, primero en Surco, , de allí llegué a la dirigencia nacional y fui haciendo carrera, pero uno repara con el tiempo que no todo es blanco y negro y que hay personas que estando en el partido no necesariamente coinciden  y uno comienza a comprender que en otros partidos con los que compite también hay gente valiosa. No puedo decir que todos los buenos estamos en AP y todos los malos fuera. Hay que ser tolerantes, respetar las ideas. Asumí diversas responsabilidades, he sido personero nacional y personero provincial. Secretario de Plan de Gobierno... Secretario Nacional de Organización, Vicepresidente, Secretario General Nacional; entonces me he desempeñado en todos los ámbitos. Vimos el tema de la ley de partidos políticos, viajamos por todo el país para organizar bases. Y lo primero de lo que uno se da cuenta es que nuestras organizaciones políticas  son precarias, uno hace una gran organización y al año o un poco más, aquel se desorganiza . Es difícil conservar la permanencia y la militancia, sobre todo por la falta de recursos. Los locales hay que sostenerlos, y eso de que todo el mundo cotiza, aunque sea un diezmo, no funciona. Son pocos los que aportan. Hay épocas en las que se organiza y hay épocas en las que languidece. Y obviamente durante todos estos años ha pasado mucha gente y hay gente que se ha ido. Uno dice que “el que se va del partido es un traidor”, pero  comprende con el tiempo que no necesariamente es así. Hay momentos en los que la gente encuentra otros caminos por los cuales optar, pero que después quieren regresar a sus orígenes políticos. Yo no veo mal si es que podemos seguir en el partido de origen, siempre que sea con la verdad. Lo que no me gusta es cuando la gente ignora etapas de su vida para obviarlas, se fue en un año, contribuyó con otras organizaciones y regresa diez años después diciendo que es “puro y que nunca se fue”, eso no es correcto.


Gálvez, juramentando como Secretario Nacional de Juventudes

- A veces los partidos se convierten en herramientas, se pierde todo lo demás

También hay ese problema, se subestima a la militancia. En lugar de procurar hacer carrera con los jóvenes, llevándolos a las primeras instancias como regidores, alcaldes, congresistas, hacer carrera política; se mira hacia afuera. Vemos lo mejor afuera. En la política pasa, de pronto vemos que el independiente es mejor que el partidario y no tiene por qué ser así; lo cual no significa que uno no esté abierto. Yo puedo llevar independientes, pero no puedo convertir el partido en un instrumento, en un vehículo, en una combi a la cual me subo, me bajo y no me importa a dónde siga el vehículo. El partido tiene que tener una identidad y quienes postulan por él tienen que estar vinculados a los que lo dirigen y a los que militan y y tener cierta homogeneidad de ideas y en la forma de ver la política nacional.

Hoy el efectismo rige, yo jalo a la gente que tiene dinero, a la gente que es mediática No importa cuan cercanas son sus ideas con las mías, lo que interesa es que gane, en ganar está la oportunidad de “fortalecernos” porque vamos a tener cercanía al poder y a las gollerías que ello significa.

-¿Se han perdido las convicciones por la ganancia como ideal?

La gente pide trabajo ¿Cómo puedo luchar contra el nepotismo o el clientelismo si en mi partido me piden que después los contrate? "Debemos llevarlos a la municipalidad como serenazgos, controladores de parquímetros, algo tengo que darles", se dice. Y los más cercanos, la familia también quiere que se los recomiende y no es correcto. Hay que comenzar a entender que la política tiene ese problema pero hay que corregirlo más con convicciones e ideales que con pragmatismo, que hoy prima en muchas organizaciones.

- Belaunde decía: "sin millones, sin camiones, sin matones". Hoy se ha cambiado el discurso

En los 50 Belaunde luchaba contra la política del pisco y la butifarra . En ea época uno tenia que llevar su cédula y se organizaban grandes fiestas, especialmente en las provincias, existían los favores electorales, donde se comprometía a los terratenientes y se organizaba una gran fiesta. Hoy el pisco y la butifarra se hace a través de los medios de comunicación y uno tiene que salir hasta en los programas cómicos o ir a grandes verbenas donde se bebe y se deja regalos. La política es otra cosa, es una confrontación de ideas como decía Belaunde y no se trata de detectar quién te regalo más. Y ese es un gran problema que hemos heredado del fujimorismo.

Hoy tenemos un encarecimiento de las campañas, regalos dádivas, espectáculos y solo gente con dinero tiene que postular y la gente honesta no puede entrar, y solo se quedan los empresarios de la política. Invierten en ella y hoy vemos como se hacen las denuncias, allí esta Lava Jato, y cuántas campañas se financian de esa manera.

Las campañas austeras es lo que se debe fomentar, porque eso nos va a mostrar cuan austero será un gobierno. Quien no lleva una vida de lujos no va a procurar lujos al gobierno.

- Los millennials (nacidos en los 80) solo han visto esa parte de la política, no han visto la mística y la entrega de Haya ni de Belaunde

Que desconfíen de esto. En la época de Belaunde, Haya o Bedoya, las personas podían conocer más a la persona, al lider, vivían más el mitin, daban las manos al candidato y lo sentían. Hoy hay mucho maquillaje. Hoy muchos que no saben ni hablar aparecen como grandes transmisores de conocimiento en base a artilugios de marketing. Uno puede convertirse hasta en una persona simpática, siendo en la vida personal una persona hosca. Te hacen decir palabras célebres cuando nunca has leído una obra. Los millennials se han dado cuenta que hay mucha fantasía y deben reparar que la publicidad política no es verdadera. Yo no le pido a los jóvenes que confíen en mí, sino que confíen en sí mismos, que los electores confíen en su capacidad de discernir y elegir adecuadamente porque uno llega a ser alcalde por el voto de la gente y no digamos luego que llegó alguien por engañar sino que llegó por gente que se dejó engañar.

El alcalde tiene un compromiso que dar y es abrir la participación ciudadana. Deben existir paginas web interactivas y transparentes, fomentar la participación de organizaciones como colegios profesionales, universidades,  juntas vecinales y también para que todos puedan revisar las bases de una licitación y decirme si le encuentran deficiencias y si hay indicios de que los proveedores que concursan entre ellos se amarran.

La transparencia es fundamental. No hay que jactarse de la honestidad, lo básico es la transparencia. Yo pondría en la web todo, los expedientes, las bases, los CVs de los postores y motivaría al vecino para que lo revise todo y lo cuestione. Por ejemplo el peaje en el norte, ese es un expediente técnico que debería estar publicado desde un inicio, allí figuraba que iba a haber una garita, figuraba que en caso hubiera conflictos sociales los iba a solucionar la municipalidad. ¿Cómo nadie objetó eso cuando se estaba haciendo el concurso? En todo, el que oculta, algo trama. No basta con ponerlo, hay que motivar a la gente para que revise.

Hay dos cosas importantes, luchar permanentemente contra la corrupción y evitar la impunidad. No puedo asegurar que en una gestión no haya alguien que incurra en corrupción, esta está en todas partes y por eso hay que evitar la impunidad. Si se detectan hay que sancionarla ¿Cómo prevengo? Con transparencia. Cada cosa que haga publiquenlo, comenzando por su declaración jurada, a qué se dedica  y convertir al vecino en un partícipe en la lucha contra la corrupción.

-Muchos negocios se entrampan por la gestión municipal

Las municipalidades deben ser las primeras en promover que haya muchas actividades empresariales en su circunscripción, fomentar, "aquí en esta zona hay escasos inmuebles que se están usando y entonces publicito, vengan aquí, abran restaurantes, etc". Pero aquí alguien solicita y ya le están exigiendo certificados de todo ¿Por qué tanto control que no controla nadie? Las trabas pueden generar corrupción, aparece el tramitador, el facilitador. Uno debe controlar cuestiones de fondo y que cumplan y no cerrarlos. Hay que cambiar la visión del control. No se trata de llenar un formulario de cuarenta paginas, hay que confiar en la persona y sancionar toda declaración falsa. Nuestro país es el país de la mentira. Si una persona miente en una declaración debe quedar inhabilitada, no volver a firmar. La municipalidad debe ser clara en lo que exige. A veces un emprendedor quiere poner un restaurante en la calle tal y no sabe que allí no se puede.

-Necesitamos obra y orden

La ciudad requiere muchas obras, pero sobre todo tener un gobierno que siga un plan. Se han olvidado que existe un plan, que es Lima al 2035, y que todos deberían ejecutar y seguir la misma ruta. Nadie debe creerse Adán y comenzar de cero. Ya hemos visto lo que pasó con el proyecto Río Verde de Villarán. Castañeda en su primera gestión lo pensó de otra manera, ella lo pensó como una visión paisajista, recreativa y de reubicación urbana. Y lo de la Avenida 28 de Julio, rajado en una parte, que no funciona como se esperaba que funcionara porque las personas quieren resaltar haciendo las cosas fuera de los planes. Desde luego, deben consultar con los vecinos, pero hay que seguir un plan. Pero no todo es obra, se olvidan que esta es la ciudad de los peatones. Se han arruinado muchas vías peatonales, las veredas anchas... y falta el esparcimiento que a uno lo anima a caminar. La gente prefiere tomar una mototaxi para tres cuadras porque no hay tranquilidad ni veredas adecuadas. Hay que hacer una ciudad para el peatón y hay que hacer una ciudad segura. Hay que cambiar el concepto que tiene el vecino de sí mismo. Convertirlo en un participe de las obras. Un alcalde no puede hacer lo que quiera.

-Lima es una ciudad que aterra ya por su inseguridad

Se gasta mucho en seguridad ciudadana, con policías, serenos, vigilancia privada y no funciona. Se invierte en cámaras, casetas, torreones, vehículos, radios y no funciona. Lo que hace reducir la situación de inseguridad no es eso, sino la función integrada, que todo se constituya como una seguridad integral, interconectada. Que haya dos personas de seguridad en la puerta de mi negocio no me asegura de que no sea asaltado, por eso debe coordinarse todo e integrarse todo en un sistema de seguridad ciudadana. El vigilante de la esquina puede poner en su radio que los asaltantes se fueron por una ruta determinada y los serenos transmitirlo a la Policía y los vecinos también ser parte de ese sistema.Tenemos que organizarnos. (Luis Enrique Gálvez nos contaba off the record antes de la entrevista, sobre las cámaras inteligentes que siguen patrones y rastrean desviaciones, es un software especial, y que Lima debería tenerlas). 

- ¿Qué mensaje le daría a los jóvenes de su partido?

Que tienen que interesarse en su historia, los jóvenes de veinte no han conocido de Belaunde, y yo les digo que eso no es bueno. Hay que enterarse porque la política es historia y un partido de 61 años tiene historia y la campaña se va a basar en esto, ellos como jóvenes deben conocer la historia y detectar los errores y aciertos. Los jóvenes deben entender que la política es una actividad esencial. Cuando un joven no participa en política y le deja espacio a una persona que va a hacer las cosas a las que él se opone por principios, hace mal. Yo tengo que ocupar ese espacio y la labor proselitista para llevar la juventud al partido es básica. Yo les pido eso a los jóvenes y que elaboren sus propuestas. Un joven que no cuestiona no es joven. No queremos jóvenes que vengan a aplaudirnos, pero que sí sepan nuestra historia y aporten sus capacidades. Los jóvenes no solo deben ser un ente de soporte, así que yo les digo: ¡"Exijan un lugar!". Algunos habrán con cualidades que les permita ser candidatos. No hay límites. Puede ser difícil ganar, pero hay que postular para ir aprendiendo y que no piensen que en el partido se van a quedar siempre los mismos candidatos.