Durante estos días muchos han elogiado el correcto gesto de la hinchada argentina en la Bombonera. El silencio respetuoso frente al himno del Perú nos remite a una genuina amistad antigua, pero que un gobernante peruano encumbró: Fernando Belaunde.
Belaunde y la ayuda a un pueblo hermano

Si los argentinos tienen buena memoria o conocimiento de los hechos, Don Fernando Belaunde debería tener en Buenos Aires un monumento impresionante, más grande aún que el que los peruanos tenemos de Domingo Faustino Sarmiento en la Av. República de Chile con Arenales. Lo ignoro.

Mucho se habló del Perú, digo, en estas fiestas futbolísticas y de la hermandad entre dos pueblos, pero poco del papel de un hombre que se la jugó por un pueblo hermano, el único, por cierto. Fernando  Belaunde en la guerra de las Malvinas entre argentinos y británicos ayudó cuando otros gobernantes miraban hacia otro lado y, posiblemente, otros ladeaban por el lado británico. Belaunde pudo haber ganado réditos para Argentina por la diplomacia, pero los militares estaban dispuestos a combatir sin medir sus fuerzas y a lanzarse a una derrota. Quizás hubieran logrado por la mediación de un estadista un mejor destino sobre la zona en pugna.

Ya en el embate de la guerra desproporcionada, el Presidente Belaunde, envió diez aviones Mirage, "a los que se les borró las banderas peruanas para reemplazarlas por las argentinas", según archivos de El Comercio actualizados en abril del 2012.  Se señala también que se les envió misiles tierra-tierra y tierra-aire,  tanques de combustible para los Mirage y otras facilidades que permitieron compras de armamentos.

Si Belaunde merece el mayor reconocimiento de Argentina, quizás un emblema o el recuerdo en medio de ese generoso silencio en la Bombonera hace un par de días; también lo merecen los peruanos voluntarios que prefirieron asistir al hermano en desventaja que la serena cotidianidad de sus existencias. Ellos quisieron defender a Argentina como se defiende la integridad continental. No es que extreme el texto para solicitar un símbolo pétreo o marmóreo al voluntario peruano, pero bien viene la honra y bien hubiera venido el silencio y el recordaris a algunos locutores argentinos que, en su apasionamiento, lanzaron piedras y lodo sobre algunos jugadores peruanos, Gallese y Guerrero, por decir. En el último caso con un subtexto racista que criticamos con severidad.

Horacio Pagani, ya es la hora de Pagani con una disculpa a Gallese. No sabemos si el arquero nacional termine tapándole a usted la boca en Boca...o en el arco de River, por más que en Europa ya debe estar en visto. No hay medio pelo, pelo, aún al rape, es lo que le sobra. 

Locutores y locutores. La fraternidad es lo que hace a la guerra, pero también al deporte.