Cuando Ulises partió hacia el escenario de la guerra de Troya dejó su hijo Telemaco bajo la orientación de Mentor. Probablemente haya escuchado esta palabra, que responde a un nombre y que significa más de lo que parece.
Mentoría, coaching y terapia psicoanalítica

El Psicoanálisis es un viaje interior guiado a través de palabras que construyen de las piezas dispersas un rompecabezas. El objetivo del terapeuta es equilibrar lo que está a desnivel en una relación que reporta cierta lejanía y códigos muy rígidos de no aproximación. El paciente juega al frontón con una pared y nunca tenis con un interlocutor que solo escuchará, despersonalizando la relación. El paciente no puede atravesar la línea del territorio personal del terapeuta. Si de Psicoanálisis escribimos, habremos de señalar que es la búsqueda de una aguja en una casa oscura y desordenada. Tarea complicada.

El coaching es un entrenamiento para situaciones específicas y tiene con la terapia, el símil de la despersonalización. La mentoría es una actividad distinta, personalizada y con un pacto de confianza previa, que supone una relación de escucha activa y de intercambio. El mentor orientará como el coaching en cuestiones muy concretas, pero irá más lejos en tanto formará al mentoring. Se asume que es una transmisión de sabiduría y es probable que, en sus formas griegas, admita una preparación general para la vida y para los grandes retos. No solo se centra en una especialidad. Por decir, el mentor forma en Derecho al discípulo, pues es su materia; pero también le comparte su visión y estrategia para la vida y el éxito.

Prevalece la confianza, en tanto tiene los términos de la amistad y la franqueza; la fe en la transformación del guiado y, desde luego, la construcción de un sujeto que podrá alcanzar metas y administrar su propia vida con la templanza, el cálculo, el conocimiento de la vida y de las personas.

En Grecia los filósofos tenían no solo fama de educadores sino también de formadores. Alejandro Magno forjó su imperio en una joven edad no sin antes recibir la sabiduría de Aristóteles (se dice que forjado para tal empresa por los alcances del filósofo). En ocasiones, el discípulo supera al maestro en el genio y el estilo.

A veces, vale decir, el mentoring tiene más posibilidades de logros que el mentor. Un príncipe asumirá el reino, el filósofo morirá en su misma línea, solo evolucionado en su concepción del mundo, pero no en su conquista.