Las cosas imprevistas pasan por algo. Nunca tuve desde que salí de la Pontificia Universidad Católica hace algunos años ni siquiera un mes libre, dedicado a mí mismo, pues hasta las vacaciones (cuando estaba en planilla aquí o allá) las utilizaba para trabajar en algún determinado tema. Nunca descansé y siempre corrí continuo y hacendoso. De pronto hace algún tiempo algo extraño e imprevisible ocurrió y me tomé varios meses...
Descubrir

Un tramo fue para volcar fuegos e iras (etapa natural de victima)que concluyó con una novela que leerán pronto. El segundo tramo fue, sí, muy extraño. Corría mediados del 2016. Un acontecimiento me llevaba a otro, un libro o una persona a otro libro u otra persona... y fue como si me hubiera ido de casa a un retiro, al Tibet, a la India....No sé. De ese viaje interior, que marca una evolución espiritual sin el distanciamiento espacial de El filo de la navaja (de Somerset Maugham, Larry Darrell va en busca de sí mismo a la India) llegué a varios principios, técnicas e ideas. Quizás necesitaba ese tiempo para escalar un peldaño en mi espiritualidad y "darme cuenta" (subrayen el entrecomillado).

Con más técnica y estructura narrativa que Paulo Coelho aunque con la espiritualidad como eje, la segunda novela por publicar (tras la que viene) es un ensayo novelístico donde narro aquel viaje interior y explico hasta dónde llegué y cuáles fueron mis descubrimientos. Razón tenía Goethe cuando se refería al genio, poder y magia que nos habitan. 

Ahora, este servidor, que creía saber mucho por haber leído mucho, sabe hoy que sabe poco y que lo que sabe no es lo fundamental; que recién sabe algo importante solo habiendo leído de su propio silencio, de la contemplación y de largos autosecuestros distantes repletos de soledad que le indicaron que hay mucho más aprendizaje dentro que fuera de uno mismo....

Ahora sí ya es momento de regresar...