- Para recordar
Quizás por tales razones la poesía yace escondida en el fondo de las librerías, cerca a las telarañas y la dilección por las grandes melodías, los sueños de amor, los ideales y las películas clásicas se oculta por vergüenza.
No tienes que tener veinte años para el rubor, gente que, como el autor en sus treinta o cuarenta, solo escuchó de sus padres sobre aquellos registros para luego ir a buscarlos, cargan con aquella tentación de callar sobre lo sublime, sobre los grandes amores, sobre los grandes cantos.
"Chapado a la antigua" o "chiquiviejo" o "anticuado", recibiremos de pedradas solo por aquella tentación de amar lo que es amable, la gloria, el amor, el corazón en hilachas, los bellos cantos, los grandes sueños.
Dirán que no eres de este planeta, que amas como los viejos que fueron, que naciste en el siglo XVIII o XIX, cuando apenas te asoma una canita, una sola o dos, del lado de la sien. Casi nada cuando bordeas el muro de dos décadas (treinta y cuarenta) y cuando la moda impone otros estilos.
Dirán que cómo gusto de AC/DC mientras me escarapelo con as time goes by de Casablanca. En fin, solo para fastidiar, aquí una más. Sienta, oigan, lean la letra o interpretenla. pero no sean esclavos de una evolución que deja atrás las flores del pasado. Aquí va:
Publicado: 2017-01-08
En el trajín cotidiano nos encontramos con noticias sobre política, escandaletes, bombas corruptas, terror, miedo y odio. La política y la calle parecen no prometernos mucho y el arte ha prescindido de los sentimientos elevados sustituyéndolos por carcajadas, romances para el chiste y canciones chillantes. Hemos perdido la melodía y el sueño.
Escrito por
RAÚL MENDOZA CÁNEPA
Abogado PUCP. Escritor. Columnista en Expreso. Ha sido integrante del staff de la página de Opinión de El Comercio y de El Dominical.